Ro de los Pjaros Pintados

Casada a los quince a os, «
por soledad y lujuria --en sus propias palabras--, Isabel Keating mata accidentalmente a su violento esposo seis a os m s tarde, y se ve forzada a fugarse de la Irlanda del siglo XVIII disfrazada de hombre. A bordo del Buenaventura, un gale n en ruta a Am rica, descubre ya en altamar que a causa de su ignorancia de la geograf a y la codicia del capit n, el destino de la nave no es Boston como Isabel cre a, sino las colonias espa olas al sur del continente.

El propietario de la nave, Garz n Moreau, tambi n a bordo, le hace saber de los peligros y las posibles recompensas de continuar su viaje al sur hacia la peque a ciudad costera de Montevideo, e Isabel decide invertir sus escasos ahorros en los negocios de exportaci n de Garz n. Al igual que Isabel, Garz n es un marginado, pero posee riquezas materiales gracias a su habilidad de evadir las leyes de importaci n y exportaci n de la Corona espa ola, y por ser un diestro contrabandista. Ambos tienen poderosas razones para resistir la tentaci n de una relaci n personal m s profunda. Garz n es medio ind gena y sabe que la Iglesia proh be los matrimonios mixtos. Isabel es una fugitiva con un angustiante secreto.

Garz n e Isabel unen fuerzas con un sacerdote poco convencional cuya determinaci n por salvar a los ind genas de la esclavitud lo impulsa a dejar atr s la seguridad de su misi n cerca de Montevideo, para establecer un nuevo enclave tierra adentro, en un territorio controlado por Garz n. Esta asociaci n los libera del escrutinio de la Corona y de la Iglesia, y a la vez los fuerza, tanto a ellos como a los ind genas que los acompa an en esta aventura, a tomar decisiones que afectar n no solo sus propias vidas, sino tambi n el futuro de la propia colonia espa ola.